NEGU GORRIAK

GURE JARRERA

GORA HERRIA

BORREROAK BADITU MILAKA
AURPEGI

HIPOKRISIARI STOP! BILBO 93-X-30

IDEIA ZABALDU

USTELKERIA

SALAM, AGUR

1990 - 2001

Muy pocos discos poseen la profundidad emocional del álbum negro de Negu Gorriak. Más allá de la conexión política, aquí se ahonda en sentimientos dolorosos. Cuando se pierde la esperanza, te das cuenta de que organizar el odio conlleva un precio muy alto que debes pagar para seguir resistiendo. Fermin trata de explicar una tormenta desde dentro, operándose a sí mismo a corazón abierto para desentrañar la caja negra de la historia y tratar de comprender el sentido de la vida y de la muerte, inquietantemente unidas por el llanto, como se recuerda en la versión de Delirium Tremens, "Kaixo". Ya sucedía en el segundo LP de Kortatu, la impotencia le quema la sangre, pero ahora la desesperación parece inclinar la balanza hacia la oscuridad, hacia una violencia autodestructiva generada por una sociedad enferma, hipócrita y cínica hasta decir basta, donde todos somos Malcolm X, como dice Antón Reixa, pero a un cretino se le oye hablar de RH. En la línea del Henry Rollins de "The End Of Silence", "Bi doberman beltz" abre setenta minutos sobre la confusión y la amargura. Hay que resistir, pero no queda nada en qué creer porque "el verdugo es el hombre de las mil caras", porque a veces sólo se entiende el lenguaje de las pistolas ("Pistolaren mintzoa", versión de M-ak); porque "en el reino de la hipocresía no hay lugar para los inocentes. / Homosexual y rojo son pecados imperdonables"; porque en el mundo de la prisa se justifica el egoísmo ("Bost gehiago"); porque ante el timo del rock'n'roll uno se siente como "un imbécil más en el paraíso de los gilipollas"; porque la tortura no existe, según quien diga la misa; porque un cadáver sabe guardar muy bien los secretos. Hay también dolor por la muerte ("Erori") y por la ausencia: intenso en "Hemen izango bazina" ("si estuvieras aquí / al borde de la cantera y mirando al desierto / no me atraparía la última grieta") y estremecedor en "Itxoiten" ("Esperando"), una canción que sabe conjugar los medios tiempos de Red Hot Chili Peppers hasta dejarte sin lágrimas. Todo viene envuelto en sonidos crudos, hardcore emocional, metal inquietente, hip hop minimal. Todo menos "Kolore bizia" y "Chaquito", dos apuntes de esperanza en clave caribeña para seguir adelante: contra el racismo, una; por la paz, la otra. Estremecedor. Un disco tremendo que es mucho más que una visión sobre Euskadi en 1993. Un 10 para el mejor disco de aquel año en Rockdelux.
I[ XAVIER CERVANTES / ROCKDELUX ]